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domingo, 5 de junio de 2022

A veces me pregunto por qué o para qué escribo...

  ¿Por qué siento esta necesidad de poner por escrito todo lo que se me cruza por la mente?. ¿Por qué es más fácil para mi escribir que hablar? ¿Por qué puedo desnudar mi alma frente a un teclado con tanta facilidad?

Escribo y escribo a diario... Cosas sin sentido a veces... Historias con personajes que tienen vidas delirantes, siempre basados en lo que ocurre a mi alrededor. Pensamientos absurdos otras; vivencias, sueños imposibles, realidades que me golpean sin piedad en pleno rostro... Lo que me pasa; lo que me gustaría que me pasara, lo que ya viví... Incluso lo que aún me queda por vivir...

Escribir tiene algo de mágico y de misterioso. Es como una necesidad del alma que cuando surge no hay forma humana de detenerla, es compartir contigo misma risas, pensamientos y realidades.

Escribir, de alguna manera, es también el equivalente a reír o a llorar. Cuando la tristeza del alma resulta tan aplastante que casi te puede, en vez de llorar, dejando que las lágrimas fluyan lentamente o a raudales, arrastrando con ellas toda la angustia que te oprime y asfixia hasta casi no dejarte respirar, escribes... Escribes queriéndole gritar al mundo todo aquello que te pasa, todo aquello que te duele, todo aquello que te hace sentir bien.

Y vas dejando, en lo que era una hoja en blanco, todo un cúmulo de sentimientos que si no fuera así seguramente jamás saldrían fuera. Después llega la liberación, aunque sólo sea momentánea, y la angustia desaparece.

Otras veces escribes, aunque en mi caso ocurre poco, las cosas buenas que te van pasando. Y con el tiempo, cuando vuelves a releerlas, es como si las vivieras un poco de nuevo... Es traerlas al presente desde otra perspectiva, es recordar tu propia vida sin que sea completamente tuya porque la compartes con una hoja llena de letras.

Ya sean alegrías o tristezas, escribir por escribir puede llegar a convertirse en la mejor terapia, muchas veces ha sido mi única terapia. El teclado se ha convertido en el amigo que me dice aquello que no quiero oír y el monitor me devuelve la sonrisa mientras insiste en que siga escribiendo.

Mª José

16/08/2010.

3 comentarios:

  1. Mª José, mirando mis poemas de añpos atrás he encontrado tu comentario y he querido pasar a saludarte, escribir es abrir el alma, dejar que fluyan los sentimientos y como bien dices a veces las lágrimas, eso nos ayuda a conocernos mejor y se desahoga el alma
    Me ha gustado leerte
    Un abrazo

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  2. Bukowski te responde al revés: cuándo debes escribir. http://solobukowski.blogspot.com/2010/03/asi-que-quieres-ser-escritor.html

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