porque mañana... Todo puede cambiar.

Querida hija

Tu final de carrera y graduación ha sido  surrealista, algo que ni en nuestras peores pesadillas podíamos imaginar, ¡habíamos soñado tantas veces ese momento! ¡El vestido que nos íbamos a comprar! ¡Todos los que iban a venir! 

Tenía tantas cosas que hacer... Ir a mirar los vestidos, mirar restaurante, pensar en lo que te iba a escribir, buscar tu regalo... Y de repente todo se paró, se coló un maldito virus en nuestro mundo, ese mundo del que nos hemos quejado muchas veces y al que ahora añoramos desesperadamente. Añoramos salir a la calle libremente, ir a tomar un café con los amigos, pasear, el sol en la cara, vivir sin miedo al contagio, trabajar... Bueno, trabajar tú no lo echas de menos ya que estás haciéndolo.

Trabajas como enfermera, estas en las trincheras en esta guerra contra el Coronavirus. En los hospitales cada día hay situaciones límite, muertes… muere gente, mucha gente, demasiada. Enfermeras con bolsas de basura como protección, porque no hay EPIS.  No hay tratamiento ni vacuna, ni siquiera respiradores suficientes  

Quizás al terminar la jornada piensas que todo esto va con el oficio, pero seguro que recuerdas los años libres de preocupaciones en la facultad, cuando hacías prácticas teniendo un responsable detrás tuyo. Ahora eres tú la responsable, eres una enfermera más. Pero no, en realidad no eres enfermera aún, eres una de los cientos de estudiantes de cuarto curso que están arrimando el hombro en la primera línea asistencial de los hospitales, sin que te hayan dado el titulo ni colegiado.

El pasado 15 de marzo, el Ministerio de Sanidad, publicaba una orden en la cual se especificaba que se podría empezar a contar con estudiantes de último año de carreras como Medicina y Enfermería para trabajar. La falta de recursos en los hospitales, generalizada, pero también de sanitarios, obligaba a esta medida excepcional. Así, el día 19 se anunció que se incorporarían 50.000 sanitarios extra en los hospitales españoles. La labor de estas personas en último curso, sin embargo, debía limitarse a “tareas asistenciales de ámbito general”. Es decir, toda esta bolsa de estudiantes debía llevar a cabo una labor meramente asistencia ya que no se encuentran ni colegiados. Es como si fueran unas prácticas. Pero la realidad se aleja de ello. Estudiantes de Enfermería que ahora os encontráis en primera línea y se confirman los temores: estáis realizando labores como cualquier otra enfermera, los sueldos van por debajo,  no se convalidan ninguna asignatura, no cuenta como prácticas, ni siquiera saben que van a hacer con vosotros cuando pase esta pandemia y aún así lucháis esta guerra en hospitales de todo el país.

Hiciste el trabajo de fin de carrera confinada en casa, en pocos días porque corría prisa que lo entregaseis y cuando lo enviaste hicimos una celebración con lo que teníamos, te hice tu banda con una bufanda vieja, preparamos pizza y estuvimos acompañadas por videollamada por algunos miembros de la familia. ¡Que lejos estaba eso de lo que habíamos planeado! ¡Como me dolió no poder hacerte algo mejor!

Te has lanzado al mundo en los momentos más difíciles que vive el mundo entero, vas a trabajar contenta aún sabiendo que te puedes contagiar en cualquier momento, te expones a contraer una enfermedad que a unos afecta levemente, a otros los pone al borde de la muerte y  muchos fallecen. Tu cara al volver por las noches es una mezcla de cansancio y satisfacción, sobre todo satisfacción. 

No te importa vivir el tiempo que estás en casa confinada en una habitación, que te deje la comida en el suelo en la puerta de la habitación, no te importa cuando llegas tener que desnudarte en la entrada, ducharte y desinfectar el baño, no te importa llevar guantes y mascarilla dentro de casa. Todo ello para no contagiarme a mi, todo ello por si acaso...

Estoy orgullosa de ti y te admiro, admiro la mujer en la que te has convertido, entraste en la universidad siendo una niña aún y has salido siendo una profesional con todas las cualidades que debe poseer una enfermera, eres humana, cálida, responsable y una gran persona ¡Cómo no voy a admirarte y quererte! 

Algún día contarás con una sonrisa en los labios como fue tu final de carrera y tu inicio en el mundo laboral,  contarás tus éxitos, tus anécdotas y  algún que otro recuerdo tristón, pero eso es parte de la vida, son los tiempos vividos, tú lo estás viviendo de una forma completamente atípica.

Te deseo que cumplas con todos los sueños que te propongas, que tu vida profesional y personal esté llena de éxitos, que seas feliz, inmensamente feliz. Creo que lo seras porque de una forma muy  dura has aprendido que en un minuto todo puede cambiar. Has aprendido que no vale la pena estar enfadado, dejar nada para mañana, porque mañana... Todo puede cambiar.

Te quiero muchísimo

Mª José

04/04/2020