Ha
llegado toda azorada, casi sin respiración, no sé si ha venido
andando, lo cual explicaría su estado o es que le ha pasado algo.
Desde el día que fue a cenar con ese misterioso hombre, ni la había
visto ni había podido hablar con ella. Espero que se siente y coja
aire, porque sino ésta se me ahoga y no es cuestión de que se me
muera en mi casa, eso iba a ser un problema. La miro atentamente y me
doy cuenta de las ojeras que tiene. Como no dice nada y no sé como
hacerlo yo, le digo:
-
Hace buen día hoy ¿Verdad? –casi siempre resulta, hablas del
tiempo y la gente se explaya contestándote, pero hoy me he
equivocado con ella, solo dice.
-
Si, como ayer.
-
¿Has venido andando? –a ver si hay suerte y habla.
-
No, en coche. –el silencio es absoluto.
-
¿Quieres tomar algo? –realmente no es lo que quiero saber, quiero
que me cuente con pelos y señales que pasó con el misterioso, pero
ella no parece dispuesta a soltar prenda, así que Mª José, aquí
hay que ir al grano, aunque des la impresión de que eres una
cotilla, que no lo eres.
-
Un café.
-
Vale, mientras te lo voy haciendo empieza a contarme, sin olvidar un
detalle, como te fue la otra noche con el “hombre misterioso”
Ya
está, ya lo he soltado, sino reviento. El problema es que ella
siempre habla, habla hasta por los codos, vamos que no hay que
llevarla a Lourdes, pero hoy que yo quiero enterarme (y no soy
cotilla) ella no dice ni pío.
-
Fue bien –no dice nada más.
-
¿Sólo fue bien? ¿Qué quiere decir fue bien? –la leche!! Que no
me dice nada más, a ver como se lo pregunto para que me cuente algo
interesante!!! –Ya estás contándomelo todoooo… Empieza por el
principio y no olvides ni un detalle!!!
-
Bueno, pues vino a buscarme a mi casa, llegó puntual, me subí al
coche, me puse el cinturón, puse el bolso en el asiento de atrás…
-sonríe la muy puñetera porque sabe que no es eso lo que quiero
oír- me preguntó donde tenía que dar la vuelta para salir de mi
calle, le dije…
-
Ehhh, doña Puritana, te vas a ir a hacer puñetas. Eso no es lo que
quiero saber –ya está, ya he caído en la trampa, pero me da
igual.
-
Menos mal que tú no eres cotilla ¿A qué no? –lo dice ríendo,
aunque en su cara hay una expresión extraña, a ésta le pasa algo y
además esas ojeras… en eso pensaba cuando siguió hablando- verás,
es que… te hice caso… me depilé, me puse mi mejor conjuntito
negro de encaje, hasta con liguero (que sacrificio) mi mejor vestido,
tacones de aguja… Iba monisimaaaa.
-
¿Y…? –algo pasó- venga canta -por Dios, ¿a qué me deja sin
saber qué pasó?
-
No me metas prisa, que sino no puedo pensar –su sonrisa se ha
vuelto triste- fuimos a cenar, fue agradable, charlamos de mil cosas,
nos reímos mucho, la comida fue perfecta. Me llevo a un sitio
carisimooo
Y
tú feliz, pensaba yo, mientras más caro, más feliz es doña
Puritana, que no sepa qué es el “lenguado a la crema de tomate con
cebollitas de la Isla de Pascua rebozadas con pistachos y crudités a
la pastora”, eso no importa, tampoco importa que cuando se lo
traigan no encuentre el lenguado, que está debajo de una cebolleta
de Murcia y que el trozo de zanahoria en vinagre le dé repelús,
porque las “crudites” es algo que odia y la pastora debe ser la
cocinera que prepara el plato. Ya ha acabado la disertación que ha
hecho sobre la cena y yo sin hacerle caso hasta que la oigo decir:
-
¿Me estás escuchando?
-
Que si mujer… Ya he oído las maravillas del restaurante… ¿Eso
fue todo? –porque si eso fue todo y me ha tenido con esta intriga,
yo la mato.
-
No, no fue todo… Después… Después… -está roja como un
tomate- después fuimos a su casa y aunque en principio no quería,
ya sabes que no me acuesto con nadie, pero él me gustaba, había
bebido un poquito y pensé ¿por qué no?
-
¿Y…? –vamos espabilate y habla, que voy a tener que ir por el
sacacorchos, a ver si así te lo saco, ¿a qué me quedo sin
enterarme?
-
Pues que… todo iba bien, estábamos en la cama, desnudos y
acariciandonos, todo bien…
Hasta que él me dijo: “lustrame el
pelado” y yo me puse a acariciarle la calva… Le dije que tenía
gustos muy raros… ¿De qué coño te ríes así? Ehhhh??? Yo lo
pasé muy mal, porque venga a sobarle la calva y él diciéndome
“lustrame el pelado” “lustrame el pelado”… Coñooo si le
estaba sacando brillo yaaaa… Me levanté, me vestí a toda prisa y
me fui corriendo… ¡Deja de reírteeee!!! Él detrás mío
gritándome que esperara, pero yo Salí disparada, seguro que es un
sádico o algo así. Ha estado llamándome por teléfono estos dos
días y no se lo he cogido… Si no puedo ni dormir, pensando lo que
me podría haber pasado… Si tú sigue riéndote, claro a ti nunca
te ha tocado nadie tan raro!!!!
-
Es que… Es que… Dios mío… Le acariciabas la calva… -No puedo
creerlo, no puedo… me va a dar algo, tengo que calmarme para
hablarle, pero me da la risa cada vez que la miro- Escucha, ese tío
era argentino ¿A qué si?
-
Si… ¿Me vas a decir que todos son así de raros?
-
Síííííí… Bueno no… Quiero decir que en Argentina se dice
“lustrame el pelado” cuando quieren decir que les hagas una
mamada… - se ríe conmigo y entre carcajadas me contesta.
-
Coñoooo, que lo hubiese dicho!!! Y yo dale que te pego a la calva,
lustrada se la deje… Vamos con un brillo…
Mª
José
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