Not seeing a Scroll to Top Button? Go to our FAQ page for more info.

Translate

viernes, 3 de enero de 2014

Descansa en paz, seguiremos recordándote.




Hace ya un mes, un mes!!! Un mes desde que el cáncer te ganó la dura batalla que habías mantenido con él. intensamente no verte sufrir más. Los últimos días agudizada la enfermedad y el grave deterioro que conllevaba, te fuiste apagando, te fuiste ausentando y cada día que pasaba era un anuncio de tu inminente muerte. Presenciar tu agonía era morir junto a ti, el día antes de morir tuviste unos momentos lucidos, apenas un par de minutos, fue tu última sonrisa cuando viste sentada en tu cama, a tu lado a Esther, quizás ella presentía el poco tiempo que te quedaba ya que se empeñó en ir a verte aquel día, se negaba a dejarlo para más adelante.

Aquella noche estaba sentada a tu lado mirándote, allí estabas tú con aquella respiración fatigosa, pero estabas allí y en un segundo ya no estabas, ¡no estabas!!! con todo lo que significan esas dos palabras! ¡No sabes la cantidad de emociones diferentes por las que he pasado en estos últimos treinta días! ¡No sabes la cantidad de variantes que tiene el dolor cuando pienso en ti!

Recuerdo, en estos momentos, muchas cosas de ti, lo último que se me viene a la cabeza es tu cuerpito retorcido en la cama, tratando de respirar con desesperación, tus gritos de enfado, tus lamentos, tu rabia... Tu imposibilidad de hablar; tus ojos perdidos tratando de ver. ¿Pudiste escucharme decirte cuanto te quería? ¿Habrás entendido que podías irte en paz?. ¡Cuánto me dolió tu dolor!,¡cuánta angustia sentía que sentías!. Eras tan luchadora, te aferrabas tanto a la vida y te fuiste tan mal, no sé cuantos se van bien de este mundo pero la tuya fue una cruel partida.

Y a pesar de recordar tantas cosas soy incapaz de recordar tu rostro, lo intento, lo intento desesperadamente y solo consigo recordar tu cara en el momento en que dejaste de respirar, cuando eso ocurre me encojo en la cama, aprieto los ojos con fuerza tratando de borrar esa imagen que tanto duele de mi mente, pero es inútil gruesas lágrimas se resbalan de mis ojos en esos momentos, sé que no volverás, lo se de sobra, pero el dolor es intenso por tu perdida, por tu muerte.

Esperaba poder darte mi último adiós el día que te enterrásemos, pero me ha sido negada esa posibilidad por razones que no alcanzo a comprender, que no imagino... No me dijeron nada el día que te enterraron, avisaron a todo el mundo menos a mi y a Esther. No puedes imaginar lo que he llegado a sentir, si el dolor de tu muerte fue intenso, este se me ha clavado cual estaca se le clava a los vampiros en el corazón, sin posibilidad de arrancarla.

Todo ser humano -héroe o villano, decente o criminal- tiene derecho al duelo por parte de aquellos que lo amaron en vida. Y ese duelo exige poder enterrar dignamente los restos del difunto, para poder enterrar psicológicamente a un muerto, es indispensable aceptar su desaparición física como definitiva. Los rituales funerarios proporcionan la oportunidad de rendir el último homenaje a un ser querido, pero no he podido hacerlo, no te he podido despedir como merecías y realmente me he quedado como incompleta, siento que falta algo, que no sé exactamente lo que siento, tan solo sé que siento que me han robado algo, que tenía derecho a estar presente en esos momentos.

Mi último homenaje y el de Esther es el recordarte con todo nuestro cariño, volver a escuchar la canción que pusimos para despedirte y llorar abrazadas por el recuerdo de tu presencia que ahora es ausencia, allí donde estés, seguro que nos miras con una cálida sonrisa y sabes que no estar presentes no ha sido una decisión voluntaria, sino impuesta sin motivo alguno a no ser la satisfacción de hacer un daño irreparable.

Descansa en paz, nosotras seguiremos recordándote.

Mª José

01/05/2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios me ayudarán a ecribir mejor cada día, todos los comentarios son constructivos.