¡Qué bonito es el amor! ¿Verdad? mientras dura, que no se porque razón se acaba, pero se acaba.... Al menos el enamoramiento ese que nos atonta, nos deja bobos y vemos solo virtudes en el otro, ni un solo defecto... Ni uno solo hasta que se acaba, entonces no es que le veamos algún defectillo, nooooo... Es que se los vemos todos!!!!
Cuando estás enamorado no tienes frío, ni calor, ni hambre, cantas bajo la lluvia, le sonríes a la gente en el autobús... Pues que sepais que eso no es real, que toda esa pasión no es más que una reacción química que se produce en el cerebro... Nos enamoramos porque nuestro cerebro segrega una droga que nos deja tarumbas y nos produce una especie de enajenación mental transitoria (lástima que tenga fecha de caducidad). Eso es la pasión: un chute cerebral, una locura que se pasa cuando faltan esas drogas. Por eso un buen día sales de la idiotez y te encuentras con al realidad. Ésta es la realidad:
Cuando hay pasión, si él ronca, tú le das un besito y le dices:
- Date la vuelta, cielo, pero no sufras, a mí tus ronquidos no me molestan, pareces un lama tibetano, ommm, ommm..., me das una paz...
Cuando no hay pasión y él ronca, tú le metes el codo en las costillas y le dices:
- Ahora sí que pareces un lama, que te has quedado calvo y deja de roncar como un cerdo que no me puedo dormir.
Cuando hay pasión, le dejas notitas en la nevera:
“Cariño, te quiero, no te he despertado porque dormías como un angelito, cuando te levantes compra pasta de dientes, para poder darte besitos y que mi boca te sepa a menta”.
Cuando no hay pasión los mensajes de la nevera cambian:
“Si cuando te levantes todavía están abiertas las tiendas, compra pasta de dientes... ¡y úsala que te apesta la boca!”.
Cuando hay pasión tú le metes los pies fríos entre las piernas y él se aguanta:
- Pero cariño, ¿cómo tienes los pies tan helados? ¡Pareces Walt Disney! Ponlos mi amor que te los caliento... Ayyyy pobrecita mía.
Cuando no hay pasión entre las piernas no se mete nada... y pobre de él que lo intente...
Cuando hay pasión vas corriendo a abrirle la puerta en cuanto oyes el tintineo de sus llaves:
- ¡Como te echaba de menos cariño!!! ¡se me han hecho interminables los cinco minutos que has tardado en traer el pan!!!
Cuando no hay pasión, aunque lo oigas dos horas forcejeando con la puerta, no abres:
- Menudo escándalo, se tiene que enterar todo el vecindario de que llegas. Pareces una vaca con el cencerro... ¿No podías haberte quedado un rato más con la panadera????.
Cuando hay pasión a él le encanta que le hagas un pase de ropa interior:
- Házmelo como en Nueve Semanas y media... Per que buena estás!!! A tu lado no tiene nada que hacer la Kim Basinger esa... ¡Ni comparación con mi gatita!!!.
Cuando no hay pasión te grita:
- ¿Nueve semanas y media? ¡Hace nueve semanas y media que están tus bragas en el bidé!.
Cuando hay pasión te unta el bronceador con parsimonia, se recrea en todos los rinconcitos de tu esbelto cuerpo:
- A ver por aquí... Por aquí te falta un poquito. ¡Huy!, pero si este huequito me lo había dejado. ¡Ahora ya puede tomar el sol mi niña!
Cuando no hay pasión, lo maximo que consigues es que te eche un pegote de crema y te frotas la espalda como si limpiara un cristal, mientras va mirando a todas las feminas que hay a su alrededor mientras se le cae la babilla:
- ¡Hala! Ya estás, que me duele el brazo de untar crema en ese barrigon que tienes!!!.
Cuando hay pasión le encuentras parecido a tus actrices favoritas:
- La misma boquita que Penélope Cruz, la nariz exacta a Claudia Schiffer...
Cuando no hay pasión, el parecido es otro:
- Cada día te pareces más a la bruja de tu madre.
Cuando hay pasión, te encanta que se pase un poquito con la bebida, te parece que coge... un pedito ideal.
- Qué gracioso te pones cuando bebes, anda cuentame otra vez lo que hacías en la mili, anda cariñito mioooo.
Cuando no hay pasión:
- ¡Qué graciosillo te pones cuando te encogorzas! Hay que ver lo que se han reído cuando les has contado lo de mi estreñimiento so cabronazo... Hala a dormir la mona al sofá!!!.
Cuando hay pasión, lo despiertas cariñosamente si se ha quedado dormido en el sofá:
- Que te vas a quedar frío... Anda cuchi cuchi vamos a la camita, ven conmigo mi niño...
Cuando no hay pasión, lo dejas allí tirado, con la tele puesta... Quitas el radiador y doblas la mantita para colocarla en su sitio, abres la ventana para que se ventile el comedor... Eso es porque no quieres que se despierte.... ¡Nunca!
Cuando hay pasión, después de hace el amor te quedas enroscadita, agarradita a el como a un osito de peluche... Le das besitos, le sonries...
Cuando no hay pasión, se produce el efecto pop corn: en cuanto has terminado, saltas como una palomita de maíz y enciendes un cigarro, vas a lavarte y mientras lo haces piensas:
- "Hala hasta el mes que viene" "¡Que descanso!!! ".
Y es que la mejor forma de medir la pasión es el sexo: al principio a todas horas, luego uno al día, uno a la semana, uno al mes, uno al año... ninguno: “Pa’qué si ya no queremos tener niños, además se ha puesto como una vaca...”.
Aixxxxxxx
Mª José
24/06/2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios me ayudarán a ecribir mejor cada día, todos los comentarios son constructivos.