Las personas nos acompañamos un trayecto del camino, y por mucho que queramos, en algún momento por diversas razones los caminos se bifurcan y se toman rumbos diferentes que pueden ser temporales o definitivos.
Cuántas veces nos hemos separado de gente que nos deja un buen recuerdo y a pesar de la intención de reunirnos algún día, eso no pasa de intención. Puede que nos volvamos a reencontrar, hablemos y hablemos del pasado compartido.
Hace
poco tiempo encontré por casualidad el perfil en Facebook de una
persona con la que yo había compartido un tramo de mi vida hacía la
friolera de veintiocho años, le dejé un comentario, transcurrió el
tiempo sin que respondiera y no lo hará jamás, a las semanas pocas
semanas me enteré que había fallecido hacía relativamente poco
tiempo. Muy poco tiempo antes de encontrarlo yo.
Gracias
a la redes sociales, como Facebook, podemos volver a comunicarnos con
personas del pasado. Volvemos a saber de ese amigo o esa amiga
entrañable con el que se han vivido experiencias afectivas
maravillosas.
La
amistad no caduca. Los amigos de verdad están siempre en nuestro
corazón y nosotros en el suyo. No importa el tiempo que pase y por
dónde nos lleve la vida. El reencuentro con ellos nos alegra, porque
a él no volveré a verlo en este mundo, pero gracias a él volví a
encontrar a esa mujer maravillosa con la que en el pasado había
compartido tantas y tantas cosas.
Después
de unos meses tuve la oportunidad de viajar a su ciudad, esa
oportunidad que no había tenido en los veintiocho años anteriores,
le envié un mensaje y quedamos en vernos cuando estuviese allí, yo
estaba emocionada no tanto por los días que iba a pasar de
vacaciones sino por volver a verla.
Al bajar del tren en aquella vieja estación tan conocida en otros tiempos, me sentí transportada al pasado, millones de imágenes se agolparon a mi mente, no podía creerlo, de nuevo estaba allí, en ese lugar en el cual había derramado algunas lágrimas, donde había vivido algunos días muy difíciles, pero donde también había vivido días muy felices llenos de alegría y risas. Donde una familia que sin ser la mía ni saber de mi existencia hasta que estuve delante de ellos me acogió con los brazos abiertos.
Pasee
por calles que habían cambiado con el paso del tiempo, pero que eran
viejas conocidas. Busqué la casita donde había vivido y al estar
frente a ella un escalofrío recorrió mi cuerpo, recordé a mis
hijos y los tuyos Montse jugando, riendo, corriendo por aquella calle...
Recordé tardes de cafés y charla... Domingos de comida en
familia... A tu hermano unas veces cariñoso y otras enfadado, no
tenía muy buen carácter... Recordé... ¡Tantas y tantas cosas!
Me
fui de allí con la sensación de haberme despedido de él, cosa que
no había podido hacer, llegué tarde, ¡si tan sólo lo hubiese
encontrado un poco antes!
Estaba nerviosa esperando que vinieras, cuando te vi traspasar las puertas del hotel me embargaron todo tipo de emociones, pero sobre todo alegría, una alegría inmensa. Nos abrazamos y ahí se borró de un plumazo el tiempo transcurrido, ¡volvíamos a estar juntas!
Entre cervezas, cafés y cigarrillos nos pusimos al día de nuestras vidas, retazos de historia vivida, supe como había muerto y en mi interior derramé lágrimas amargas, porque se lo merezca uno o no, nadie debería vivir y menos aun morir así. También supe de otros fallecimientos acaecidos en tu familia, tu supiste de la mía, parece que la vida nos ha castigado llevándose a gente querida antes de tiempo. Supe que a tu hermana no la vería en esa ocasión ya que vivía en otra ciudad.
Pasamos a temas más alegres, tus hijos, los míos, tus nietos, la mía. Conociste a mi hija pequeña que no sabías que existía hasta que te encontré en Facebook. Recordamos anécdotas de tiempos pasados... ¡Esta casa es el coño de la Bernarda! frase que dije muchas veces y que ya no recordaba... ¡Mis albóndigas!... ¡os gustaban tanto! ¡A tu madre en el mercado! ¡los cafés o vermuts compartidos con tu hermana y su familia! ¡Tantas y tantas cosas!
El
tiempo pasó mucho más deprisa de lo que queríamos, pero espero
verte de nuevo muy pronto, espero abrazarte y compartir el presente
además del pasado. Eres
una gran mujer, has vivido momentos muy difíciles y has seguido
luchando, siempre hacía delante, siempre con esa sonrisa en la cara.
Te
quiero mucho pase el tiempo que pase.
Mª José
15/06/2015
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