Estaba sentada en las escaleras de los juzgados esperándonos. Pasamos por su lado sin verla, aquello estaba desierto, tan solo alguna persona aquí o allá, dispersas en aquel gran recinto que impone por lo que representa. Buscábamos con la mirada en todos los rincones sin hallarla hasta que decidí llamarla por teléfono, mientras oía las señales de llamada oí mi nombre, me giré y seguía sin verla.
El signore Luca se bajó del coche de un salto y corrió hasta unas escaleras que quedaban medio ocultas y ahí estaba ella, la signora Gina, sentada en un escalón, hecha un ovillo, su cara reflejaba un dolor inmenso, sus ojos llenos de lágrimas miraron al signore y sin pronunciar palabra alguna se fundieron en un abrazo. Los dos lloraban, eran lágrimas de alivio al volver a verse, lágrimas de dolor por todo lo que habían sufrido esos dos días, el signore por ella, por su bienestar, por lo injusto de la situación, por no poder verla, no poder hablarle, no saber nada en absoluto de su amada Gina y ella por todas las humillaciones que había sufrido, por no poder hablar con él, por no poder verlo, por no saber como estaba aunque lo imaginaba, por tantas y tantas cosas….
La escena era dramática, me senté en un escalón cerca de ellos mirándolos y sin poder contenerme, aunque me había propuesto lo contrario, deje correr lágrimas silenciosas, ellos se separaron un poco, la signora Gina y yo nos miramos, intenté sonreírle pero no pude, solo acerté a abrazarla y susurrarle:
- Ya ha pasado, todo se ha acabado, ya está, ha pasado…
Miré hacía arriba y vi a Jordi muy serio, mirando al infinito con los ojos brillantes ocultos por las gafas, solo dije:
- Vámonos de aquí.
Quería sacarla de la Ciudad Judicial lo más rápido posible, como si con ello pudiera quitarle un poquito del sufrimiento que padecía, quería llevarla lejos del lugar donde había vivido horas de incertidumbre y dolor. Los signores se sentaron en el coche muy juntos, abrazados, él le susurraba palabras tranquilizadoras, intentaba explicarle que todo estaba bien, cualquier cosa, no dejaba de mirarla con los ojos cargados de amor y alivio, alivio al tenerla de nuevo entre sus brazos.
Nosotros no hablábamos, íbamos sumidos en nuestros pensamientos, en nuestras propias lágrimas, la mano de Jordi soltó el volante y cogió la mía, apretándola, diciéndome sin palabras que sabía lo que sentía, quizás porque era lo mismo que él sentía, pero la pesadilla había terminado, aunque la signora tardará mucho tiempo en ser la misma, en olvidar aunque sea un poquito lo vivido.
Solo dijo:
- Me dejaron sin pantalones porque tenían cremalleras, sin sujetador y sin camiseta porque era transparente, me dieron una camiseta y nada más, así me han paseado por delante de todos los Mossos d’Esquadra y de los demás calabozos. Me llevaron a la sala de visitas esposada como en la mejor película americana, con los grilletes en las manos y los pies, allí me sentaron en una silla atando las esposas al suelo y a la mesa….
Me encogí más en mi asiento imaginando la escena, pero sobre todo imaginándomela a ella, a lo que pensaba en esos momentos, a lo que sentía… Más lágrimas de impotencia y de rabia cayeron hasta mi blusa sin que yo hiciera nada por detenerlas… Solo me hacía una pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué había tenido que pasar por todo eso? ¿Por qué la justicia comete estos errores? ¿Por qué? ¿Por qué?....
Mª José
10/09/2009
pitufox27
ResponderEliminarGina tuvo que pasar por eso porque la Justicia no es más que un concepto, una idea, un mero sueño que no puede estar más lejos de la realidad. La sociedad humana ha orquestado un concepto de Justicia usando como músicos a personajes que ni siquiera entienden qué significa la palabra humanidad. ¿Cómo cojones pretenden defender entonces la palabra justicia?
arena936
Pues se queda solo en una palabra, que cada uno aplica a su conveniencia.
Dos besos
Gina tuvo que pasar por eso porque la Justicia no es más que un concepto, una idea, un mero sueño que no puede estar más lejos de la realidad. La sociedad humana ha orquestado un concepto de Justicia usando como músicos a personajes que ni siquiera entienden qué significa la palabra humanidad. ¿Cómo cojones pretenden defender entonces la palabra justicia?
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