Hoy es uno de esos días...

 Hoy es uno de esos días…., (Dios, ¡qué frase más manida!), pero es que es así exactamente como lo siento, como uno de esos días…. Decir que estás triste es quedarse corto, y decir que estás deprimido, largo. Preferirías no haberte levantado de la cama, por quedarte durmiendo se entiende, o haberte levantado feliz, incauta, como los demás días, los días corrientes. Y sin embargo, tendemos a menospreciar lo corriente. En el fondo somos raros los humanos.

Cuando tenemos algo no lo cuidamos y cuando no lo tenemos lo echamos de menos ¿En que quedamos? A ver si nos aclaramos, que mi perro tiene las cosas más claras que yo…. Cuando quiere se tumba a dormir y cuando no, sigue ahí sentado placidamente, que es más de lo que yo hago.

Por mucho que los demás te digan que se te pasara… Que el tiempo todo lo cura... ¡mentiraaa! Panda de embusteros… No se me pasará, la esconderé debajo de capas de maquillaje barato y pintaré una falsa sonrisa que no verán porque se lo impide la mascarilla, pero esto no se me pasará…¡Que sabrán ellos!!! Soy yo la que está triste, la que tiene ganas de llorar, a la que todo le sale mal… ¿Qué me ha salido mal hoy?... Nada porque aún no me he levantado… Pero ayer y la semana pasada y el mes pasado… me pasó esto o aquello… ¡Como para no estar triste! Vamos que no lo sabes ni tú, pero estas triste, cuando te sientes así está jodido el tema, ¡Para que vamos a engañarnos!

Mientras te tomas un café de pie en la cocina, recuerdas algo que leíste y como buena masoquista lo repites sin cesar para así poder estar más triste:

Tristeza ancestral de pasados dolores,

barco que naufraga en puerto miserable,

valor debilitado en la mitad de la noche,

sudor convertido en catarata de lágrimas

intentando hallar respuestas.

Tristeza de siempre vulnera y discapacita,

la emoción se esconde en sueños descartados,

la ilusión se enfada al no encontrar la llave,

liberación denegada y sometimiento impuesto.

Al fin sales a la calle escondida tras la mascarilla y con unas grandes gafas de sol, está lloviendo, pero a ti no te importa, no quieres que te vean… Que verte te ven más porque vas dando el cante, pero en fin…Te encuentras a alguna amiga o conocida…. Te para y te dice: “Oye ¿sabes que me pasó ayer…? Te lo cuento…” La escuchas, le sonríes, intentas animarla, pobrecilla… Si es que le pasa de todo… Le cuento un chiste y así se ríe… Ya no te acuerdas que eras tú quien estaba triste… Se te ha pasado… ¿Hasta cuando?... Ehhhhhhhh la pregunta del millón no se hace, es de mala educación.