¡Qué bonito son los anuncios!

Hacia mucho tiempo que no veía la televisión, no me gusta, normalmente me aburro mucho con los programas que emiten y acabo siempre durmiéndome. Desde hace unos días estoy viendo algunos programas, más que nada porque como estamos confinados los días han pasado a tener 36 horas. como iba diciendo, la tele sigue con programas tan malos como siempre, lo que no han cambiado son los anuncios.

No sé si es porque pagan poco a los publicistas, no sé si es porque son una raza especial los que contratan para hacer estos anuncios, no sé si es porque consideran idiotas al medio país que los va a ver… Sea por lo que sea, los anuncios son cada día peores.

El no va más es ese en el cual una María viene dando saltitos, feliz ella, a decirte: “Soy tu menstruación”… Coñooo, que susto! Tú poniéndote la compresa, maldiciendo tu suerte porque hoy querías ir a la playa y ahora con ese dolor de ovarios donde vas a ir es a la cama, para que te venga una dando saltitos, la mandas a la mierda, seguro, seguro. El no va más, si te pones estas compresas podrás hacer las contorsiones que no has hecho jamás en tu vida.

Después están los anuncios de limpiadores, yo quiero que esa mujer venga a mi casa, que por cierto, está muchísimo más limpia que la del anuncio, que venga con sus tacones, la camisa blanca con los puños bien abrochados y limpie la cocina pasando la bayetita, sin mancharse y dejando los azulejos relucientes… Cuando pase eso prometo hacerme budista y raparme la cabeza. También me he fijado que estos anuncios los debe idear un publicista muy machista, me explico, nunca sale un hombre con corbata y los gemelos en los puños limpiando la cocina… Como mucho uno poniendo un plato en el lavavajillas. A mi el que más me gustaba, ya no lo ponen, es esa maravillosa señora atándose el trapo al cuello y deslizándose por la mesa para limpiarla ¿Os acordáis? ¿No? Uixxx que me estoy haciendo vieja ya.

Los que más me gustan son los anuncios de detergentes, he de confesar una cosa, más que gustarme es envidia, sí, sí, envidia… Yo envidio esa lavadora donde metes la ropa, toda llena de manchas, mugrienta, sudada y que cuando sale de la lavadora, sale sin una sola mancha, oliendo a nubes y sobre todo: “planchada y doblada”. Ya he escrito varias cartas a los publicistas para saber que marca de lavadora es y donde puedo comprarla, como no me contestan, he recorrido todas las tiendas de Barcelona, sin éxito, en ninguna tienen ese tipo de lavadoras. Recompensaría a quien me pudiese informar.

Tampoco se quedan atrás en este ranking, los anuncios de colonias, sobre todo por los diálogos. ¿Pagaran a un guionista? Si es así debe ser una persona parca en palabras, porque para decir: “Oui, ce moi” la verdad es que no hay mucho que pensar… Hay que reconocer que buen gusto tiene, tan sólo sale gente guapísimaaaaaaa, yo he llegado a la conclusión de que esas colonias no son para mi, que soy del montón, son colonias para gente guapa, de todas formas me hacen un favor, todo ese dinero que me ahorro, sigo usando la Nenuco de toda la vida. Un amigo mío dice se sabe cuando alguien esta realmente borracho, que tan sólo hay que hacerle decir: "Carolina Herrera" si lo pronuncia bien, como en el anuncio "Cagorina Heguega" está realmente borracho, Por cierto, que estoy yo intrigada… ¿La chica esa de la moto habrá encontrado ya a Jack´s?

Aunque hay muchísimos más, para acabar, no puedo dejarme atrás el anuncio de Chanel nº5… Es el no va más de las colonias… Una mujer vestida con una capa roja, que se mete en un chalet sin llamar a la puerta (eso es un delito, aunque a una mujer así seguro que se lo perdonan), entra con un bote de perfume y el dueño le suelta a los perros (que mala milk tiene el tío) Ella se gira cuando los perros están a su altura, los mira y… ¡Se sientan los perros a mirarla embobados! Claro que no vuelve a salir el dueño de los perros, que seguro que está mirándola tan embobado o más que los perros y con un charquito de babas en el suelo… Este anuncio también tiene un dialogo esplendido, vamos que la chica se llevo meses para aprendérselo.

¡Por Dios, como para no hacer zapping en los anuncios o dormirse un rato, total en siete minutos que duran te da tiempo a hacer una siesta!