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martes, 14 de abril de 2020

Me sentaré en mi mecedora

A veces me gustaría tener el poder de parar el mundo para revivir los momentos... y envolverme de ellos para siempre... y es que en cierto modo soy una especie de coleccionista de recuerdos.

Los guardo, los archivo... los atesoro como mi bien más preciado. Porque todos al final somo eso: nuestras obras y nuestros recuerdos: lo que hicimos y lo que hacemos.

Me encanta sentirme nostálgica, recordar el pasado, quedarme embobada mirando un paisaje y dejar que mis sueños y pensamientos se muevan en libertad. Siempre les dejo libres, que vuelen a sus anchas. Me centro tanto en mi mundo, que a veces ni oigo ni veo...solo siento. Y es curioso... con la imaginación, se puede volver a sentir ese abrazo, ese reencuentro, el agua fresca del mar acariciando la piel bajo el sol del verano, y esos besos interminables que ya no volverán... volverán otros pero no esos.

Cuando sea una abuelilla sonriente y de pelo blanco... me sentaré en mi mecedora con mis fotos y mis pensamientos. No necesitaré más, porque volveré a ver las mismas caras, las mismas miradas... y me sentiré feliz de saber que he exprimido la vida al máximo, que he llorado y he reído a carcajadas, sintiendo la vida de verdad (con la alegría y el dolor, que es como se sienten las cosas).

Sabré que he sentido el calor de los besos y los abrazos, que he notado esa fuerza que te da el que las personas que quieres caminen contigo de la mano. Sabré que me he caído muchas veces, quizá por inconsciencia o por ser demasiado espontanea... pero me supe levantar otras tantas para sacudirme el polvo y seguir hacia delante, siempre adelante.

Recordaré las miradas, limpias y cristalinas, muchas verdades y también algunas mentiras. Recordaré los besos cálidos e interminables de algunos amores.


Recordaré mi colegio, y mis amigas... y esas clases interminables en las que mi mirada escapaba hacia la ventana: De pronto el sonido del profesor se alejaba y comenzaba a bullir un mundo lleno de magia, de princesas, de deseos y sueños... yo ya no estaba allí...estaba lejos volando en libertad sin horarios, ni matemáticas.

Recordaré la alegría de los recreos, y las palmeras de chocolate. Viviré de nuevo esas interminables filas para subir a clase, y como exprimíamos la media hora de descanso escolar como si fuese el tesoro más preciado.

Recordaré cuando planeábamos que haríamos por las tardes y qué seríamos de mayores y lo que sorprendentemente fuimos todas... y mi primer día de discoteca, y cómo me sentía pensando que ya era un poco más mayor. Mi primer maquillaje, mis primeros tacones y esos pasos titubeantes, intentando aparentar que sabía andar encima de ellos... los primeros ligues y amores, y ese primer beso, más robado que cedido, que me hizo temblar y estremecerme de miedo y nervios... y todos los que lo siguieron, tantos como estrellas. Me veré paseando aquella noche tan larga en la que tardamos en andar una calle dos horas, por la cantidad de veces que nos paramos para cogernos de la mano...y es que no queríamos llegar... ¡Erábamos tan felices!

Recordaré el abrazo de mis padres, el calor de su seguridad, las risas con mi hermana y esa complicidad que a pesar de ser tan diferentes, nos hizo estar tan unidas siempre. Recordaré la noche de ayer y el reencuentro con mis amigos y veré de nuevo nuestras risas...

Sentiré el calor del sol, y la alegría que sentía cuando mi piel se ponía en verano cada día más morena. El frío, me quedaré también con el sentimiento del frío en la cara en las mañanas de invierno, y el olor a lluvia de aquel día caminando hacía un restaurante al lado del mar.

A veces me gustaría pensar como piensan los budistas... que la vida es un eterno retorno. Siempre gira, como una noria interminable, y todos volveremos a nacer, a crecer y a vivir miles de millones de veces nuestros aciertos y errores.

Si volviera a nacer... en mi siguiente vida... haría exactamente los mismo. Porque cada pequeño acierto o error, me ha llevado hasta donde estoy, hacia lo que soy y con quienes, hacia ellos y vosotros. Los que llegaron, estuvieron, se fueron y los que todavía quedan por venir.

No cambiaría nada aunque haya días en los que creo que las fuerzas me abandonan y no podré continuar... seguiría como ahora... guardando cada momento... entre mis recuerdos.

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