Hoy sé lo
cansada que estoy de la humanidad.
Estoy
cansada de que la gente me diga que se debe hacer o no hacer. Pero
quien es quien para decirme a mí... o a ti... ¿qué estamos
acertados o errados en nuestras preguntas... en nuestras
decisiones...en nuestras dudas?
¿Quién
tiene el derecho de decir que debo hacer con mi vida? ¿O tú con la
tuya?
¿Como
hacer que la mayoría de la gente se resista al placer de la critica
hacia su semejante?
Si nos
atrevemos a opinar acerca de nuestras dudas... nunca faltara quien
nos ponga un crucifijo en la frente y diga: “va de retro”, tan
sólo porque algunos valientes no dicen lo que sienten...
Por eso a
lo largo de los siglos pasados y aun en este siglo... seguimos en la
misma ignorancia de siempre, tan solo queremos ver o escuchar lo que
nos conviene, así es más sencillo, ya que no hay que meditar mucho
acerca de las inquietudes de los demás, esto da mucho trabajo y
requiere pensar, es más fácil tildarlos de locos...
Ya
decía Virgilio en el siglo I, “la ignorancia es atrevida” y en
este atrevimiento se escuda la humanidad para lapidar a aquellos que
quieren respuestas. Hay mucha ignorancia en la sociedad y esto
permite fantasear a todos los niveles.
Sócrates
advirtió hace más de dos mil años, que deberíamos conocernos a
nosotros mimos, antes de pretender conocer a nuestros semejantes.
Los seres
humanos somos genética, es cierto, pero también es cierto que nos
debemos a la cultura, ya que conocernos a nosotros mismos, es el
mejor uso que se le puede dar a la inteligencia y también a la
ciencia, de este modo sería más fácil la convivencia.
Muy pocos,
dentro de los muchos que somos, emplea su tiempo en enseñar, en
divulgar sus conocimientos con amor y sin egoísmos, no es tarea
fácil, esto requiere un manejo de la información que no es
accesible a todos los que componemos la sociedad.
Ignoramus
(No sabemos), ese es el grito de los sabios.
Al
contrario del ignorante que cree que lo sabe todo, y al no saber, más
cree que sabe; el que de verdad sabe... sigue aprendiendo y jamás
impone sus ideas tampoco... ¿Cómo podría hacerlo, si él tampoco
lo sabe todo? Por esta misma razón sigue aprendiendo.
Vivir,
existir es sin lugar a dudas una paradoja y una incongruencia... por
la sencilla razón de que todos y cada uno de nosotros somos... desde
el limbo hasta la tumba... un poco ignorantes.
Internet 2009
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