Not seeing a Scroll to Top Button? Go to our FAQ page for more info.

Translate

martes, 30 de septiembre de 2014

Arena




Hay momentos en los que la vida se empeña en querer darnos lecciones que hubiéramos preferido no tener que aprender.

Pero ahí está ella, como queriendo burlarse de nosotros... Obligándonos a abrir los ojos a una realidad de la que nos gustaría escapar... Y como no podemos hacerlo es entonces cuando aprendemos... Cuando se nos rompen los esquemas y sentimos que nuestro castillo de arena se nos ha derrumbado.

Como esos castillos de arena que durante horas, pacientemente, algunos niños construyen cerca del agua... Demasiado cerca... Sin ser conscientes de que en cualquier momento el mar puede arrasar con ellos y destruirlos.

Cuando lo han terminado se alejan unos pasos para poder contemplarlo desde la distancia, que es desde donde todo se ve con más objetividad, para admirar su obra de la que tan orgullosos se sienten.
Y es entonces, justo en ese instante, cuando esa ola que parecía haber estado esperando pacientemente a verlo terminado se lanza implacable contra él con un aire casi burlón. Y en apenas unos segundos destruye y deja convertido en un simple montón de arena lo que hasta entonces había sido un hermoso y majestuoso castillo en el que moraban los duendes y las hadas.


Así es la vida a veces... Quizás demasiadas veces... Nos empeñamos en construir castillos de arena que con un simple golpe de mar se derrumban y desaparecen para siempre. La diferencia es que cuando eres niño puedes permitirte el lujo de llorar y siempre habrá alguien para consolarte, te cogerá entre sus brazos y con cálidos besos intentará que deje de dolerte la pérdida, cuando eres adulto, demasiadas veces no hay nadie a tu lado y ni siquiera puedes permitirte el lujo de llorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios me ayudarán a ecribir mejor cada día, todos los comentarios son constructivos.