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jueves, 23 de abril de 2020

Recuerdos del metro

Esto lo escribí hace diez años, ahora me pregunto... ¿Volverá a ser esto alguna otra vez parte de nuestra vida?

Hacía tiempo que no viajaba en metro y ya no recordaba lo que esto suponía. Me quedé sorprendida de las cosas que se ven, se escuchan.... Y hasta se huelen en tan digno transporte público, vamos que si no te duchas tampoco importa porque el olorcillo agrio a sudor entre tantos otros olorcillos agrios a....... A vete a saber qué, no se iba a notar, pasas tan desapercibida sin ducharte que habiéndote bañado en Chanel nº5, lo cual sería un desperdicio la verdad, además de desentonar.

El metro ofrece una espectacular muestra de diferentes etnias, culturas y edades... Puedes contemplar a tus anchas (porque aunque mires ni te ven con la aglomeración) desde la señora sudando con las pieles y diez kilos de chatarra dorada colgando de todos los lugares posibles de su cuerpo, hasta el joven con tejanos rotos y camiseta de Metallica, desde el anciano con bastón que no sabe como sostenerse sin caerse hasta la familia árabe con la señora ataviada con metros y metros de tela, desde el niño que mira alucinado a su alrededor hasta un grupo de Skingers, desde el trabajador con mono y bocata envuelto en papel de plata en el bolsillo hasta el ejecutivo con maletín y traje...Y claro..... Una los mira, los vuelve a mirar y empieza a imaginar como será la vida de cada una de esas personas, vidas muy diferentes pero que al final se unen para montarse en el metro, porque en el metro se monta no se coge…(¿Os imaginarías lo que puede pesar el metro?) por eso yo prefiero montarme a cogerlo.


Para subirte no tienes que hacer nada, absolutamente nada, tan sólo dejarte llevar por la marabunta humana, de un empujón te suben, tú intentas agarrarte a cualquier sitio pero no hay donde, las barras que sirven para ese propósito están muy lejos de ti que has quedado en medio de un montón de gente y además no tienen ni un centímetro que no esté ocupado por alguna mano, de todas maneras no hay peligro de que te caigas, estás ahí rodeada, con cuerpos desconocidos pegados al tuyo por todos lados, pero el peor es el que tienes detrás... Tú notas que te soban el culo, que el roce de la mano da paso a una cosa dura,,,,, Y te preparas para girarte y a la vez darle una hostia al que sea, cosa muy difícil... Pero al final consigues girarte un poquito y como no puedes mover el brazo para plasmarle los cinco dedos en la cara te conformas con gritarle: "¿Pero qué se ha creído? Eh??? Salidooo... Pervertidoooo" todo el mundo os observa, se hace un silencio que creías imposible de conseguir con tanta gente y de pronto al mirar hacía esa cosa dura que te iba dando en el culo ves sobresalir el bocata del bolsillo del mono de trabajo que lleva puesto el buen hombre, él te mira balbuceando su inocencia y tú roja como un tomate no sabes que decir o que hacer, hacer poco puedes a no ser que des unos cuantos de empujones y en uno de ellos salgas despedida hacía el andén.

Entre toda esa gente apelotonada, siempre se ve a una persona leyendo un libro…pero no se está agarrando a ningún lado!!!… Es increíble el equilibrio que tienen algunas personas, lo empujen desde donde lo empujen no se mueve y sigue leyendo, no se si es que venden algún tipo de zapato con ventosas en las suelas para viajar en metro... Porque sino a ver como se mantiene impasible con el libro en una mano y el maletín o mochila en la otra eh??? Es un misterio para mi.


También tenemos a los que nos hacen partícipes de sus problemas, de vez en cuando pasa alguien diciendo a grito pelado: "No tengo trabajo, el gobierno no me ayuda y tengo siete niños, la cuñada, la mujer y la suegra en casa sin comer... Una ayuditaaaa" Y pasa con un bote, gorra o cualquier otra cosa en la que ya hay algunas monedas y claro nunca puedo darle nada, porque tendría que echarle un par de condones para que el pobre hombre no aumentara el número de bocas que alimentar o una barra de pan y un cuarto de kilo de choped, pero siempre me pilla que no llevo en el bolso , monedas para ¿Qué? de eso ya tiene, alguien antes que yo se las ha echado.

Luego están los músicos y oye los hay hasta buenos, pero no lo son todos, algunos desafinan de una manera brutal, hasta el punto que no sabes si está tocando la guitarra o son los alaridos que da porque se ha pillado los coj....... con la funda de ésta al cerrarla. Los hay más cómodos, ponen un CD, cogen la guitarra y al ritmo del CD van tocando unas cuerdas invisibles, porque la guitarra no tiene, pero tú ni te fijas, piensas: coñoooo éste si que sabe tocar, con una sola guitarra consigue sacar las notas de un violín, un piano, una trompeta y hasta los platillos, porque el jodio ha pillado el primer CD que había en casa sin fijarse en el tipo de música que contenía. También tiene el bote, gorra o similar con monedas.... Igual es que lo dan de regalo cuando sacas el billete y a mi se les ha olvidado de dármelo, tendré que reclamarlo.

Otro tipo de gente, son los que se quedan sobaos en cualquier lugar, posición, encima de otro, que dan cabezazos…  es un quiero pero no puedo…ves cómo luchan con toda su fuerza para no quedarse dormidos, dan cabezazos, se les cierran los ojos, se ponen bizcos…si, si bizcos, ¿no os habéis fijado que cuando tenemos mucho sueño y evitamos el quedarnos dormidos no ponemos bizcos? intentamos enfocar, prestar atención…pero no… nos puede el sueño, al final los ves con la barbilla pegada al pecho, una mancha en medio de la camiseta que no es más que la babilla que le cae y de vez en cuando se despiertan el tiempo suficiente para ver donde ha parado el metro para calcular si les falta mucho para llegar a su destino o no.


Mª José
02/10/2010

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