Una intenta elegir el camino a seguir,
el que cree correcto, el que cree que le llevará a la felicidad tan
ansiada, a la tranquilidad y sosiego de sus días… Cuando tienes
claro que ese es el camino correcto vuelves a pensar que te has
equivocado, las dudas vuelven a ti y puede ser cierto que nos
equivoquemos, pero casi siempre las cosas que más nos duelen son las
que mas nos hacen crecer, eso dicen, aunque maldita sea la manera de
crecer que tenemos… En todos los caminos que seguiremos a lo largo
de los años nos vamos a encontrar con las puntiagudas piedras, es
esencial que dejemos a un lado las que más nos dificultan… el
resto la llevaremos con nosotros como pesadas losas colgadas a
nuestro cuello.
En diversos momentos de la vida crees
no saber qué camino seguir, qué meta proponerte como fin o
simplemente cuál ha de ser el siguiente paso que tú deseas dar en
este mundo. Somos demasiado jóvenes aún cuando nos sintamos
demasiado viejos, pero el tiempo no se detiene en ningún instante,
impidiendo que nuestras elecciones sean provechosas precisamente por
ese motivo: la falta de tiempo
Y en ocasiones llego a pensar que la
soledad es la mejor medicina para evitar que la gente te haga daño,
para no tener que superar determinadas situaciones, pérdidas o gente
que te deja de querer cuando tú se lo has dado todo, te has mostrado tal
cual eres para que años más tarde eso quede en el olvido, sin
importar lo que se puede llegar a sentir cuando te apartan como un
trasto viejo, que se renueva cuando ya no gusta, cuando ya
no es necesario… lo mismo han hecho conmigo y por más que intento
pensar no consigo encontrar las razones y, lo que aún es peor, no
soy capaz de superarlo y las lágrimas me inundan los ojos en el
momento menos esperado.
Comienzo a afirmar que la soledad no es
triste ni pesada, sino un remedio por el que en ocasiones podrás
sentirte mal y desdichado pero que, en el fondo, sabes que nadie al
que aprecias o quieres demasiado te falle y eso cause dolor, rabia,
impotencia pero ya no por esa persona, sino por mí, por no saber
salir de esta situación, por no saber cómo pasar página y aceptar
la nueva vida que me toca vivir de una vez por todas.
Odio querer a quien no se lo merece, pero por el contrario, no puedo dejar de quererlo, hoy recordaba días pasados, meses y años en los que a pesar de los problemas que han habido, y han sido muchos, creía que con cariño, con amor, con comprensión todo se podía superar.
Mis días de dudas, de no saber que
camino seguir, de estar cansada de andar por caminos llenos de
piedras... De decisiones tomadas y ahora cuestionadas de nuevo... De
sentirme perdida, sola e incomprendida, han vuelto de nuevo... Es muy
difícil que alguien te entienda cuando una misma no se entiende...
Vuelvo a desear estar en mi cama sola con la almohada recogiendo mis
lágrimas como única compañía, bastante lamentable es hacerse daño
una misma como para cargar con el peso de mostrarle a nadie tu dolor... Han vuelto mis días de querer esconderme y olvidarme del
mundo y que el mundo se olvide de mí.
Mª José
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