Parece
una adolescente en su primera cita, tan sólo la diferencia la edad y
alguna que otra arruguilla alrededor de los ojos, pero sus nervios,
su excitación y alegría son las mismas.
¡Tiene
una cita! Ha quedado esta noche con un hombre para cenar, no quiere
decirme quién es, ni donde lo ha conocido, ya ves, ¡como si yo me
metiese alguna vez con ella! Contarme, no ha querido contarme nada,
pero si quería que le dijese que se tenía que poner, como se
maquillaba, que peinado se hacía... Yo como en el fondo no soy
rencorosa y la quiero mucho le he dado unos consejillos para que le
vaya bien la noche:
-
Aunque ya sé que no te vas a acostar con él, porque tú eres muy
decente (léase reprimida) Tú nunca harías algo semejante,
¡faltaría más! Pero por si acaso, tan sólo por si acaso;
depílate, hazme caso por una vez en tu vida, depílate. No querrás
que si llegara a pasar, que no es el caso, ya lo sé, pero si llegara
a suceder, no querrás que te recuerde como: “la tía que se
parecía a King Kong”... Y ya puestas, el ano también se depila,
no lo olvides... Que da mala imagen que te pongan a cuatro patitas y
vea que sale una pelambrera del culo, ¡que da impresión! ¡que ni
el tío más salido se pone ante tal visión!!!
En
cuanto a la ropa... Ni informal, ni muy arreglada, depende de como
sea el individuo en cuestión, elige un estilo que se ajuste al que
él usa, porque si el buen hombre va con pantalones de camuflaje
queda fatal que te ponga el traje de Chanel y el visón, si va con
traje olvídate de los tejanos y la camiseta con la propaganda de la
Coca- Cola... Eso sí cuida la ropa interior, aunque ya sé, ya sé
que no te vas a acostar con él... pero no te pongas el sujetador de
algodón con florecillas rosas, ni las bragas sobaqueras... Eso
también hace que ciertas cosas bajen a su mínima expresión en
medio minuto... Si ves que el hombre con los nervios no atina a
desabrochar el sujetador, evita decirle: “deja, ya lo hago yo, ¡que
torpe eres!” Ni se te ocurra, piensa que él no usa, por tanto no
tiene la práctica que tienes tú, muy sutilmente pon tu mano encima
de la suya y ayúdalo en tan laborioso menester.
Tengo
que decirte, doña Puritana, algo sobre la forma de pintarte, ya sé
que hoy no te acostarás con éste, ni mañana, ni pasado, pero por
si ocurre algún día, lo sepas... Ellos no se maquillan, así que no
tienen en casa toallitas desmaquilladoras... Llevate un paquetito en
el bolso, total cosa más o cosa menos, pesará lo mismo, porque si
no corres el riesgo de levantarte por la mañana y que cuando te vea
ese buen hombre, piense que está viendo a Rambo con maquillaje de
camuflaje. Tampoco queda bien que le dejes la almohada como si
hubiera limpiado la chimenea con ella.
Ni
se te ocurra pagar la cena, ni siquiera a medias, para algunas cosas
hay que ser un poquito antigua. Que pague él, que se joda, que para
eso te ha invitado y seguro que tiene más dinero que tú, por algo
cobran más... En las empresas ya tiene en cuenta que tiene estos
gastos extras: cenas, copas, condones... Así que pague, eso te
dejara ver también si es tacaño o no, es muy fácil, en la proxima
cita si te lleva al Burguer... Malo, malo... Tacaño y no te
conviene. Tampoco te conviene si se pasa toda la cena hablando de las
grandezas de su mamá, si es así, le coges el móvil, llamas a su
mamá, le das la dirección del restaurante y que venga ella a
limpiarle las babas, esto siempre después de haber cenado, no vayas
a ser tan boba de irte a medio cenar, ya hemos quedado que paga él.
Mª
José
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